El Santander anuncia oficinas del futuro mientras sigue arrastrando abusos del pasado

Con la venta de Valores Santander, la entidad se embolsó 7.000 millones de euros engañando a sus clientes

El Banco Santander acaba de presentar sus oficinas del futuro; espacios donde las nuevas tecnologías pasan a tener una destacada presencia y en los que se atenderá a los clientes, dice la entidad, de forma diferenciada, sencilla y agradable. Un anuncio con el que constatamos, una vez más, que la entidad mira al futuro sin resolver sus problemas del pasado, como la difícil situación a la que siguen enfrentándose los clientes a los que colocó irregularmente Valores Santander.

Defiende el Santander que con sus nuevas oficinas busca sobre todo mejorar el servicio a los clientes para que estos puedan acceder a los servicios de forma ágil. Para ello tiene en sus planes renovar una oficina diaria durante los próximos tres años, y su objetivo se centra en alcanzar los 30 millones de clientes digitales en 2018.

¿Mejorará ahora también el Santander el asesoramiento a los clientes en su toma de decisiones? Sin duda, es una de las grandes asignaturas pendientes para la entidad que de nuevo pone al cliente en el centro de su actividad, mientras sigue sometiendo al olvido a los miles de afectados a los que colocó de manera irregular Valores Santander.

¿Por qué desde el Santander no centran sus esfuerzos en reparar el daño hecho a miles de clientes con productos inadecuados? ¿Acaso la entidad no es consciente de que asumir el “mea culpa”, reconocer sus irregularidades y reparar el perjuicio a los afectados sería su mejor operación de lavado de cara?

El Santander presenta sus oficinas del futuro mientras sigue arrastrando los problemas del pasado, como la venta de Valores. La entidad buscó financiación para sacar adelante su opa sobre Abn Amro y acudió a sus clientes, a los de toda la vida, para endosarles un producto perjudicial enmascarado por una interesante rentabilidad.

En el momento de la venta de Valores la entidad ya infringió la legalidad, porque ni calificó el producto como de riesgo (cuando lo era), ni fue transparente al no hablar de sus verdaderas características, ni tampoco se ofertó al tipo de perfil idóneo. Lo adecuado hubiera sido colocarlo entre clientes de banca privada o inversores institucionales, pero nunca entre el tramo minorista, tal y como se hizo.

Los clientes que adquirieron Valores Santander lo hicieron engañados y sin saber los riesgos a los que se enfrentaban y, para más inri, se vieron obligados a canjearlos por acciones de la entidad cinco años después. Llegada esa fecha, el canje obligatorio dejaba a los afectados en una situación todavía más compleja, al tener que asumir una pérdida de prácticamente el 50% de sus inversiones en caso de materializar la venta de acciones.

Miles de clientes se vieron perjudicados por las malas artes de la entidad, pero hoy el Santander mira al futuro sin solventar sus problemas del pasado. Los afectados por la venta del producto son invisibles en el plan estratégico 2016-2018 de la entidad y el Santander sigue en sus trece defendiendo la legalidad de los mismos.

Si usted adquirió Valores Santander engañado para después someterse al canje obligatorio por acciones, debe saber que en la vía judicial está el camino que le llevará a recuperar todo su dinero. No baje los brazos, porque recuperar el 100% de su inversión en este producto es posible en los juzgados.

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